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sexta-feira, 22 de abril de 2011

O Buraco de Ozônio / El Agujero de Ozono



A abundância de verões tropicais especialmente chuvosos nas últimas décadas se deve ao afinamento da capamada de ozônio, além do aumento dos gases de efeito estufa, indica uma nova pesquisa. O chamado buraco de ozônio, que aparece anualmente sobre a Antártida, é a manifestação  mais espectacular deste afinamento, que está afetando  toda a circulação atmosférica no hemisferio Sul, informam cientistas canadenses e americanos.

    Já se sabía que o buraco de ozônio modifica o fluxo atmosférico em latitudes altas, mas agora se demonstra que chega a aumentar as precipitações nas zonas subtropicais.
    "Nem se mencionou o buraco de ozônio no relatório do último informe do IPCC", informa Lorenzo Polvani, coautor do trabalho,  publicado na Science. "Em nosso estudo mostramos que sua influância é grande e chega longe. O buraco de ozônio é uma figura importante do sistema climático".

    Agora se crê que o buraco de ozônio tenha sido o agente dominante das mudanças de circulação atmosférica no hemisfério Sul nos últimos 50 anos, pelo que há que levá-lo em conta para as políticas de mitigação das mudanças climáticas.

    A capa de ozônio, situada na estratosfera terrestre (acima da troposfera, a capa que começa na superficie terrestre), absorbe a maior parte dos raios solares ultravioleta. O uso de clorofluorocarbonos, compostos artificiais,  provocou sua passagem à atmosfera, onde destruíram grande parte da camada de ozênio.

    Esta destruição, especialmente importante sobre a Antártida, foi descoberta nos anos oitenta e medidas foram tomadas, incluídas no Protocolo de Montreal, para se deixar de usar os compostos destruidores. A capamada de ozônio já começou a se recuperar, embora lentamente, e se espera que se volte à situação de equilíbrio no meio deste século.

    Não obstante, se parte das manifestações incipientes de uma mudança global observadas até agora se devem a este problema, isto confirma que o ser humano pode causar mudanças no clima e se acrescenta um novo grau de incerteza no futuro climático da Terra.

    O trabalho utilizou dois modelos climáticos avançados, um canadense e outro americano, cujos resultados  foram comparados para confirmar a responsabilidade da destruição do ozônio estratosférico nas mudanças observadas até agora.

    Os cientistas querem estudar agora os fenômenos extremos de precipitações, associados a deslizamentos de terras e inundações, para tentar saber como o desaparecimento do buraco de ozônio os afetará.


    La abundancia de veranos tropicales especialmente lluviosos en las últimas décadas se debe al adelgazamiento de la capa de ozono, además de al aumento de los gases de efecto invernadero, indica una nueva investigación. El llamado agujero de ozono, que se produce anualmente sobre la Antártida, es la manifestación más espectacular de este adelgazamiento, que está afectando a toda la circulación atmosférica en el hemisferio Sur, indican científicos canadienses y estadounidenses.
    Ya se sabía que el agujero de ozono cambia el flujo atmosférico en latitudes altas, pero ahora se demuestra que llega a aumentar las precipitaciones en las zonas subtropicales.

    "Ni siquiera se menciona el agujero de ozono en el resumen del último informe del IPCC", indica Lorenzo Polvani, coautor del trabajo, que publica Science. "En nuestro estudio mostramos que su influencia es grande y llega muy lejos. El agujero de ozono es un actor importante del sistema climático".

    Ahora se cree que el agujero de ozono es el agente dominante de los cambios de circulación atmosférica en el hemisferio Sur en los últimos 50 años, por lo que hay que tenerlo en cuenta para las políticas de mitigación del cambio climático.

    La capa de ozono, situada en la estratosfera terrestre (encima de la troposfera, la capa que empieza en la superficie terrestre), absorbe la mayor parte de los rayos ultravioleta solares. El uso de los clorofluorocarbonos, compuestos artificiales, ha provocado su paso a la atmósfera, donde han destruido gran parte de la capa de ozono.

     Esta destrucción, especialmente importante sobre la Antártida, fue descubierta en los años ochenta y se tomaron medidas, encuadradas en el Protocolo de Montreal, para dejar de usar los compuestos destructores. La capa de ozono ya ha empezado a recuperarse, aunque lentamente, y se espera que se vuelva a la situación de equilibrio a mediados de este siglo.

    Sin embargo, si parte de las manifestaciones incipientes de un cambio global observadas hasta ahora se deben a este problema, esto confirma que el ser humano puede introducir cambios en el clima y se añade un nuevo grado de incertidumbre al futuro climático de la Tierra.

    El trabajo ha utilizado dos modelos climáticos avanzados, uno canadiense y otro estadounidense, cuyos resultados se han comparado para confirmar la responsabilidad que tiene la destrucción del ozono estratosférico en los cambios observados hasta la actualidad.

    Los científicos quieren estudiar ahora los fenómenos extremos de precipitaciones, asociados a corrimientos de tierras e inundaciones, para intentar saber como la desaparición del agujero de ozono les va a influir.

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